«Un micrófono te da mucho poder y el uso que haces de ese poder es lo que marca tu forma de entender la radio»

La Universidad Villanueva ha celebrado el 2º acto del Legado Colmenarejo. Después de dos años del fallecimiento de Juan Pablo, el Grado en Periodismo mantiene vivo un Legado del que ha hecho un leitmotiv para la formación de los futuros periodistas: hacer de la información un pilar de la libertad, y del Periodismo una institución que trabaje en servicio de una mayor salud de nuestras democracias.

Este segundo acto convocó a dos de los lideres de las noches informativas de radio,  Aimar Bretos, de Hora 25 (Cadena Ser), y Rafa Latorre de la Brújula  (Onda Cero).

Moderados por Ernesto Villar, profesor y director del Grado en Periodismo, el coloquio, que llevaba como titular “Tertulias de radio: entre muros y puentes”, se convirtió en una auténtica lección de buen periodismo. Se habló de de polarización, de democracia y de libertad; del ruido de las redes sociales; de la responsabilidad del periodista, especialmente en la radio, para crear espacios “acogedores” y tender puentes; de la manipulación y la guerra digital…

Ambos entienden la radio como una herramienta capaz de crear en vez de destruir. Un micrófono te da mucho poder y el uso que haces de ese poder es lo que marca tu forma de entender la radio. Puedes usar un micrófono para destruir conceptos, hechos, ideas y reputaciones, o para intentar construir” afirmaba Aimar Bretos. Conceptos que evocaron la memoria de Juan Pablo Colmenarejo, tal como expresó Latorre: “Colmenarejo hizo mejor nuestra profesión y lo hizo porque tenía una concepción de la radio como un lugar acogedor. Es más importante la atmosfera que se ha creado que lo que se está diciendo. Creo en unas tertulias en los que la gente discrepe pero que haya espacio para la broma y la distensión”.

Las redes sociales, como agentes polarizadores, también tuvieron cabida en el debate. Según Rafa Latorre, “ahora se produce una autorregulación de las jerarquías, el problema de las redes sociales es que prima el interés sobre la relevancia. Como la viralidad no entiende de si esto es importante o no, se produce una autorregulación que va en contra de nuestro oficio.”. Y es que, los periodistas tienen un papel fundamental en la jerarquización de las noticias, “hay cosas que son importantes respecto a los usos democráticos y que pueden quedar eclipsados por los fuegos artificiales informativos, nosotros tenemos la responsabilidad de hacer un activismo democrático y mantener esos asuntos en los lugares nobles de las escaletas. Todos tenemos el móvil lleno de alertas informativas, y si las miras, 6 de cada 10 son fuegos artificiales informativos, cosas pintonas pero que el tiempo se las va a llevar muy rápido sin que quede nada. Yo creo que nuestra responsabilidad es seleccionar y darles el tiempo conveniente a aquellas noticias que si van a tener relevancia en la vida de la gente” concluyó Bretos.

De entre público surgieron también inquietudes, como por ejemplo el uso de la Inteligencia Artificial y su regulación para el control de las fake news. Es una inquietud compartida y que genera mucha expectación a corto plazo. El poder de la Inteligencia Artificial “afecta a los que es el núcleo de nuestra profesión, que consiste en llamar a la verdad, verdad y a la mentira, mentira, y en el momento en que la verdad deje de ser distinguible de la mentira, nosotros ya no tenemos razón de ser. El problema va a ser cuando la IA sea tan eficaz que ya nadie crea nada y desconfiemos de cualquiera. Esto quiebra la salud pública” apuntó Latorre.

Después de casi dos horas de conversación, la sesión terminó como había empezado, recordando a Colmenarejo y su Legado y buscando establecer espacios de reflexión y diálogo sobre un periodismo “que deje de ser un agente polarizador más y se convierta en un espacio vigilante y sosegado de discusión inteligente”, comentó Villar.

Universidad Villanueva
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