Una conversación necesaria entre estudiantes españoles y ucranianos sobre el rumbo de Europa

En un momento particularmente delicado para Europa, los estudiantes de la Universidad Villanueva y de la Universidad Católica de Ucrania han protagonizado un intercambio académico y humano que busca arrojar luz sobre los desafíos geopolíticos actuales. El encuentro se enmarca en un proyecto COIL (Collaborative Online International Learning) en el que alumnos del Grado en Relaciones Internacionales de Villanueva trabajan junto a jóvenes ucranianos para contrastar miradas y comprender mejor la realidad del continente.

Un proyecto académico con vocación internacional

El programa, titulado Perspectivas cruzadas sobre historia y política exterior entre España y Ucrania, ha sido impulsado por Léna Georgeault, directora del Grado en Relaciones Internacionales de Villanueva, y Bohdan Chuma, director del máster The Future of Heritage: History, Culture, Literature de la Ukrainian Catholic University, en colaboración con la Universidad de Nottingham. Durante varias semanas, los estudiantes de ambas instituciones formaron equipos mixtos y combinaron análisis académico con diálogo intercultural. Para muchos alumnos españoles, supuso la primera oportunidad de conversar de manera directa con jóvenes que estudian en un país en guerra, una experiencia que marcó profundamente el proyecto.

La reconfiguración del orden internacional como punto de partida

El COIL se inauguró con una conversación con Abel González, director del Departamento de Criminología de UDIMA, y Francisco José Girao, director del Departamento de Defensa, Seguridad y Aeroespacial de ATREVIA. Ambos expertos ofrecieron una visión amplia de cómo la invasión rusa ha alterado el equilibrio internacional y de cuál es el papel de España dentro del marco euro-atlántico. A partir de este punto, las sesiones de trabajo siguieron con grupos mixtos, propiciando un intercambio constante entre estudiantes españoles y ucranianos.

La dimensión humana de la guerra

Más allá de los contenidos teóricos, el COIL permitió a los alumnos de Villanueva acercarse a la vida cotidiana de quienes estudian entre cortes de electricidad, alarmas antiaéreas y la incertidumbre por familiares y amigos en el frente. Esta dimensión, pocas veces presente en los medios, impregnó todas las conversaciones y generó un clima de empatía que dio sentido al proyecto. Las diferencias en la percepción de la guerra también quedaron claras: para los ucranianos, es una cuestión vital y existencial; para los españoles, suele abordarse desde un prisma más geopolítico y centrado en el papel de la UE y de la OTAN.

Geopolítica, paz y desafíos europeos

Los grupos de trabajo debatieron sobre cuestiones centrales, como las implicaciones de un posible acuerdo de paz. Analizaron cómo aceptar la anexión de territorios tras una invasión podría enviar una señal peligrosa al mundo, afectando incluso a la posición de China respecto a Taiwán y debilitando el sistema de derecho internacional construido desde 1945. También estudiaron las trayectorias de España y Ucrania hacia la Unión Europea, con avances rápidos desde 2014 pero aún condicionados, en el caso ucraniano, por la lucha contra la corrupción y la necesidad de reformas estructurales.

Identidad, memoria y cohesión nacional

Otra de las líneas de trabajo abordó la compleja construcción de identidades nacionales, especialmente en torno a la lengua y la memoria histórica. En Ucrania, estas cuestiones se ven atravesadas por tensiones con la población rusoparlante y por las controversias heredadas del siglo XX, que hoy adquieren una relevancia crítica para mantener la cohesión social en un país bajo invasión.

Tecnología militar y seguridad europea

Las sesiones también ofrecieron espacio para analizar las lecciones tácticas que la guerra está dejando en Europa, como el papel creciente de los drones y la necesidad de reforzar la capacidad de respuesta frente a este tipo de armas. Estos debates enlazaron con discusiones europeas sobre la posible creación de un “Schengen militar” que facilite el movimiento rápido de tropas y equipamiento.

Diplomacia cultural en tiempos de conflicto

Los estudiantes compararon además las estrategias de diplomacia cultural de España y Ucrania. Mientras España cuenta con instituciones consolidadas como el Instituto Cervantes, Ucrania ha intensificado su acción cultural para contrarrestar narrativas hostiles y fortalecer su identidad, recurriendo al arte, la lengua y la memoria colectiva como herramientas diplomáticas.

Un cierre marcado por la actualidad internacional

La clausura del proyecto coincidió con nuevas conversaciones internacionales sobre un posible acuerdo de paz, lo que obligó a adaptar las reflexiones a un escenario en constante cambio. Para Villanueva, esta iniciativa reafirma su compromiso con ofrecer experiencias internacionales de alto valor, tanto académico como humano. El resultado es una experiencia transformadora que ha unido a jóvenes de países muy distintos, pero con un objetivo común: comprender mejor el presente de Europa y contribuir a un futuro más seguro y más justo.

Universidad Villanueva
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